Decir no es muy jodido.
En las últimas semanas ha sido algo que he tenido que practicar.
Decir que no a nuevos clientes con proyectos muy prometedores
Decir que no a colaboraciones muy chulas
Decir que no a entrevistas
Los noes tienen consecuencias. Siempre. A veces monetarias directamente, a veces de oportunidades.
Ya sabes, abrir puertas que no saben hacia dónde conducen.
Y luego está decirse no a nosotros mismos.
Creernos que llegamos a todo y escuchar al cuerpo anunciándote justo lo contrario 😞
Hoy seré breve porque precisamente he escuchado a mi cuerpo decir que pare.
Quizás (es muy probable) que sea porque estoy a menos de un mes de dar a luz 💥👶
Aún no soy consciente.
El embarazo ha pasado por mi cuerpo sin apenas darme cuenta.
Afortunadamente ni he tenido nauseas, ni malestar, ni sustos, incluso estoy tolerando mejor de lo que esperaba el calor.
Sin embargo, desde hace unos días el peque no para de moverse y recordarme que está ahí dentro. Me canso más e incluso las neuronas van a otro ritmo 🐢
Bastante han dado de sí…
Priorizar = renunciar
La R.A.E. (que siempre queda muy bien mencionarla) define priorizar como:
Anterioridad de algo respecto de otra cosa, en tiempo o en orden.
El día tiene 24 horas, es lo que hay. Así es que siempre tenemos que renunciar a dejar de hacer algo por invertir ese tiempo en otra cosa.
En este punto hay dos tipos de acciones que he detectado en el trabajo de mi día a día.
Acciones que empujan
Acciones que sostienen
Acciones que empujan
Ya hablé en esta edición de encontrar el porqué hacemos las cosas. Es decir, el propósito que tenemos.
Teniendo claro hacia dónde vamos y qué queremos conseguir es mucho más fácil priorizar.
Son esas acciones que nos mueven hacia dicho propósito y son las que deberíamos anteponer a las acciones que sostienen.
Acciones que sostienen
Este tipo de acciones o tareas son las que mantenemos por inercia, porque nos encontramos en la zona de confort o nos gustan pero realmente no suponen un cambio significativo si dejamos de hacerlas.
Las he denominado como “sostienen” porque realmente nos mantienen en el camino y activos pero no marcan una dirección.
Ojo que son necesarias pero no prioritarias.
En mi caso puede ser esta newsletter que hago porque me gusta. Pero realmente no es mi proyecto principal (ni pretende serlo).
La que me da pasta y es core de mi negocio es la Chusletter 📬
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Identificar estos dos tipos de acciones en tu día a día es fundamental para que cuando nos agobiemos y estemos hasta arriba de trabajo pongamos las cosas en orden y prioricemos.
Pregúntate, ¿esto me acerca hacia mi por qué?
👍 Si es que sí, es una acción que empuja.
👎 Si es que no (o ni siquiera sabes responder) es una que sostiene.
Dicho esto… toca parar
En las últimas semanas he practicado mucho el ejercicio de qué propuestas me acercan a mi por qué.
Algunas las he tenido que posponer y otras directamente rechazar.
Ahora entro en una etapa nueva. Completamente desconocida que estará llena de acciones que empujan una nueva vida.
Y eso es una gran responsabilidad.
Me ausento por un tiempo de estas movidas porque llevo dentro una gran “movida” que pronto verá la luz.
¡Nos leemos a la vuelta! 👋
PD: después de volver a leer todo el texto no estoy segura si ha sido una rayada mental o realmente ha aportado algo. Me excusaré en que las neuronas que me quedan están trabajando en crear vida 😅
Me parece una reflexión muy propia de una emprendedora embarazada 😉
Me pasó algo parecido cuando parí por primera vez... mi cerebro le dio todo el protagonismo al cuerpo y yo flipé.
Jajaja!! Como tú dices, la vida se abre paso a través de ti y te necesita ahí al 100%.
Te deseo que lo disfrutes al máximo ❤️